El 2007 me descubrió con agua en los ojos, encerrada en el baño,
Mirando a alguien del otro lado del espejo.
Alguien que se aliviaba de un año agotador, lineal, triste. Angustiante.
Me identifique tanto con sus suspiros y sus profundas respiraciones, que hasta le prometí que en este año que empezaba, iba a hacer algo por los dos.
Esa noche hubo una condensación tan grande de sentimientos, sensaciones y emociones que las precipitaciones duraron mas de lo previsto.
Lejos de ser una nube pasajera, la garúa se me volvió intolerable.
Y ya no deseaba que saliera el sol sin antes de una grotesca tormenta eléctrica que me sobresalte con los truenos
Que me deslumbre con los relámpagos
Pero sobre todo que me envuelva,
me empape.
Al caer en la cuenta de que el cielo no iba a concederme ese capricho,
Supe que tenía que hacer llover mi cielo corporal.
Decidí que debía hacer la vertical,Y ver que caía de mis bolsillos.
Pero me aterraba pensar que podía caer algún bicho que me de impresión, perder el equilibrio y caerme.
Así que,
Mi segunda decisión fue que necesitaba un espacio con una pared despejada y obvio, con techo ( por las dudas )
Y alguien que entienda de bichos.
Y alguien que entienda de bichos.
En breve el 2007 se termina,
pero yo ya hice mi tarea.
El lugar además de una pared inmensa tiene techo.
Y me encontré con el que conoce mucho de bichos,
me los muestra uno a uno cuando van cayendo.
Y me los enseña de tal forma que a veces siento que hasta me animaría a tocarlos.
El 31 me voy a encerrar en el baño, quiero mirarme al espejo,
a ver si de una puta vez empieza a reflejarse mi reflejo.